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jueves, 11 de noviembre de 2010

EL ROL DE LOS MAESTROS.

EL ROL DE LOS MAESTROS


La educación actual se centra en adquirir habilidades y conocimientos sobre el mundo objetivo y en la compulsión por obtener títulos. Como resultado, los alumnos olvidan lo estudiado superficialmente y sus cerebros quedan vacíos una vez que derraman sus contenidos en el examen. Bhagavan Sri Sathya Sai Baba* asegura que esta tendencia puede ser contrarrestada por los maestros, cuya función es mucho más trascendental de lo que parece.

*material extraído de sus discursos

El patrimonio más importante
“¿Para qué sirve una escuela? Para hacer humano al hombre. El hombre tiene en él ciertos atributos específicos que deben ser desarrollados y estimulados para que pueda elevarse a su plena estatura. Si se los ignora o se los deja abandonados, el hombre existe solamente a nivel animal. Solo la disciplina le puede hacer alcanzar su herencia. A través de la escuela y la educación superior se transforma en hombre. Al menos, así debería ser.
El maestro es el patrimonio más importante de la escuela. El ladrillo y el cemento no hacen que una escuela sea eficiente y útil. Tampoco son tan esenciales los libros en la biblioteca o los instrumentos en el laboratorio. Es el maestro el que da forma a la escuela o la daña. Él es en sí mismo todos los libros que ustedes necesitan; es el instrumento más necesario. Él es quien modela las maneras, el comportamiento, las actitudes e incluso los prejuicios de los alumnos que están a su cargo. Por lo tanto, su responsabilidad tiene un gran peso, mucho más de lo que él cree”.

Una oportunidad trascendental

“En esencia, los años de vida son sólo un corto período, un descanso en una posada ubicada al borde del camino, un drama representado sobre un pobre escenario, una burbuja sobre el agua. Durante este instante fugaz, se les ha dado a unos pocos esta oportunidad extraordinaria de compartir, de impartir instrucción, inspirar devoción, infundir coraje en el niño en crecimiento, de forma tal que éste les guardará eterna gratitud.
La calidad del trabajo es más importante que la cantidad. Por lo tanto, no se comprometan a hacer más de lo que puedan hacer satisfactoriamente. Dejen que su propia conciencia sea el juez. Si sienten que han cumplido con su deber en forma satisfactoria para con los niños y para con la sociedad, entonces podrán descansar satisfechos.
Realicen su trabajo correctamente, como una forma de adoración, como una ofrenda a los pies de Dios y serán ampliamente recompensados con alegría, paz, serenidad y éxtasis. Estos maestros, a los que hoy honramos, tienen el mismo mensaje para todos ustedes. No los llamen pobres, ya que son ricos en tesoros espirituales, en la alegría del deber bien entendido, comprometido y bien realizado”.

El ejemplo: la enseñanza más alta

“El maestro tiene que ser como aconseja a sus alumnos que sean. Su ejemplo moldea fácilmente las delicadas mentes que están en el aula. Si el maestro habla en contra del hábito de fumar, debe abandonarlo él mismo; si insiste en la puntualidad, debe llegar a clase a horario. Debe saber que siempre estará colocado en el foco del riguroso escrutinio de los alumnos. Cualquier proceder suyo equivocado se transforma en el tema de conversación de la comunidad. Se habla sobre esto durante la cena en cientos de hogares cada día. Por lo tanto, el maestro debe ser prudente en todo momento.
La calabaza rastrera es propensa a crecer torcida si se la deja sola. Por lo tanto, los jardineros atan una piedra a la punta y el peso la endereza a medida que rece más y más larga. En forma similar, las mentes de los niños y de los jóvenes también tienden a crecer torcidas, por la influencia de películas sensuales, de la vacía e hipócrita atmósfera creada por los mayores, de la atracción del brillo y la popularidad o de un falso sentido de la aventura y fama. Así pues, la escuela debe atar la piedra de la disciplina y hacerlos crecer rectos y sinceros”.

Disciplina equilibrada

“La piedra, sin embargo, no tiene que ser demasiado pesada para que no rompa a la calabaza en dos pedazos. En todo momento y en todos los casos, eviten los extremos. Las reglas disciplinarias tienen que estar bien estudiadas y adaptadas a la edad del grupo que quieren corregir.
Por ejemplo, se ha sugerido que a los niños “malos” – en realidad no existen niños malos sino únicamente niños malcriados- se los debería aislar y dar atención especial para curarlos de sus tendencias negativas. Sin embargo, no me gusta que se los separe y que todos dirijan su atención hacia ellos como niños especialmente marcados. No es bueno para ellos, ni para los demás. Los maestros pueden prestarles atención de forma especial sin que el resto de los niños lo note, ya que habitualmente provienen de familias sin raíces en la práctica espiritual. Esto es lo único aconsejable. Naturalmente, un buen maestro sabe cómo tratar a dichos estudiantes, si él o ella tienen fe o inteligencia.
La oración es una buena actividad para incluir en el horario escolar. Dejen que los niños se den cuenta de que la plegaria es universal y que una oración, en cualquier idioma, dirigida a cualquier nombre divino, llega al mismo Dios. El silencio también es inestimable y se puede pedir a los alumnos que lo practiquen. Traten de que los pequeños no estén demasiado inquietos o deprimidos. Otra sugerencia es que no los dejen estar ociosos y desocupados. Cada segundo es un valioso regalo. El tiempo bien utilizado es comparable a la comida bien digerida: alimenta y vigoriza a los estudiantes.
La atmósfera debe ser tal que la obediencia a la disciplina surja automáticamente y se lleve a cabo de todo corazón. Sólo una disciplina así formará buenos líderes para la nación. A diferencia de lo que sucede con la actual generación de líderes, ellos podrán inspirar y guiar a la gente por los lineamientos correctos”.

Los desafíos de la actualidad
“Hoy en día los maestros no son conscientes de la nobleza de su profesión, ya que la sociedad se ha vuelto desagradecida. Niños y jóvenes consideran a las estrellas de cine como sus dioses y guías; aprenden profunda y peligrosamente de las películas, de las historietas de terror y de las novelas policiales. No tienen noción de los valores que les deberían haber aprendido en los primeros años de vida. Son arrastrados por un torrente de trivialidades.
El maestro es un testigo impotente de esta tragedia, ya que carece de fuerza y sustento que impartir, de ideales para implantar y de entusiasmo para transferir. Solo cuando el maestro está imbuido de las enseñanzas espirituales de los textos sagrados puede hacer, mediante su ejemplo y preceptos, que los niños se encaminen por la senda de paz y la alegría. Naturalmente, el hogar y la sociedad deben complementar sus esfuerzos y fomentar las ideas que él ha logrado imprimir. El maestro debe trabajar en una atmósfera de amor y verdad y no en una de odio y falsedad. Debe moverse feliz y contento entre los niños, no enojado y sombrío. Solo así puede irradiar Amor”.

El bien más escaso

“Actualmente, la atmósfera está contaminada por el temor y el recelo de los maestros y la hostilidad y la audacia de los estudiantes. No hay amor para lubricar la relación entre el educador y el educando. “Pagar y recibir; cobrar y dar”, este es el vínculo. El amor, el respeto y el afecto no tienen lugar en esta transacción.
¿Cómo puede ser fructífera la educación? Hace un instante, el Dr. Gokak (primer rector de la Universidad Sri Sathya Sai Baba) dijo que cuando los maestros aman a los niños, son recompensados por el amor de ellos. Ahora, en cambio, se los ama solo por el dinero que traen; la relación es artificial y carece de raíces en el corazón. Tanto el maestro como el alumno estarán llenos de alegría solo cuando los vincule el amor, que no calcula el monto de la retribución.
El maestro debe ganarse el respeto de sus alumnos derramando su amor sobre ellos, y los alumnos deben ganar el amor del maestro entregándole su reverencia y afecto”.

La mejor herramienta“No hay consejo ni exhortación que pueda hacer que el maestro se eleve al nivel máximo de su profesión. Debe perfeccionarse por sí mismo; la presión u opinión externa no pueden mejorarlo. Puede que existan varios motivos por los cuales han elegido esta profesión, pero todos ellos resultan irrelevantes ahora. Una vez que estén ejerciendo su rol, deben esforzarse por justificar la confianza que los padres han puesto en ustedes y servir a los mejores intereses de los niños que tienen a su cargo. Es cierto que también fueron estudiantes y naturalmente, como maestros, tratan de adaptar sus métodos y estilos a los lineamientos empleados por sus propios maestros. Pero ustedes tienen la obligación de ahondar en la Realidad Interior y descubrir el manantial de felicidad que hay allí. De esta manera, la ardua tarea de educar a los niños será una tarea de recreación, altamente alentadora y gratificante.
Su carácter es la mejor herramienta para la profesión que practican. Es obvio que su saber también es valioso, pero en él resultan excusables algunos errores. En cambio, el carácter debe ser cien por ciento perfecto. No vivan artificialmente, sino háganlo de acuerdo con el mensaje de los sabios. Expresen la Verdad y transiten por el sendero de la Rectitud”. 

Educación en valores humanos“Los niños a quienes están guiando e inspirando serán los líderes del mañana. Las virtudes que implanten en ellos, los consejos y elejemplo que les den permanecerán grabados en sus memorias y transformarán su visión y comportamiento en los días futuros.
La educación debe estar orientada a proveer al niño no de elementos para subsistir sino de una vida que merezca ser vivida. Para ello, no basta la adquisición de habilidades para hacer o razonar, lo que es absolutamente esencial es la fe en uno mismo y en la propia divinidad. Ese es el precioso tesoro de la sabiduría, guardado en nuestras antiguas escrituras y en la experiencia de los Santos y Sabios de todos los países y religiones.
Algunos críticos muy cortos de vista declaran que los asuntos espirituales no deberían tratarse con los niños, pues son demasiado jóvenes e inexpertos para obtener beneficios de tal conocimiento. No obstante, si hay algo que es necesario llevar a cabo, cuanto antes, mejor. El dicho “Parte temprano, conduce despacio, llega a salvo”, no solo es aplicable a los viajes en automóvil o tren, sino también al viaje de la mentira a la verdad, de la oscuridad a la luz y de la muerte a la inmortalidad. La inquietud la ansiedad, el miedo y el odio que atormentan al mundo se deben mayormente a la negligencia que mantuvo alejados a los niños de las disciplinas que pueden regular las pasiones y las emociones del hombre. Enseñen a los niños a venerar a sus padres. Esto es lo primero que deben hacer. Se trata de un simple acto de gratitud hacia aquellos que los dotaron del instrumento material para la vida”.

El método indirecto

“La instrucción espiritual o moral no debería figurar en el plan de estudios como una materia separada; todo tema debe aprenderse incluyendo los cinco valores humanos (verdad, paz, amor, no violencia, rectitud), como el hilo que va uniendo una lección a otra. Mediante el ejemplo y el precepto, tanto en el aula como en el campo de juegos, se debe enfatizar la excelencia de la colaboración inteligente, del sacrificio por el grupo, de la compasión por los menos dotados, de la ayuda a los impedidos, a los débiles, a los enfermos y a los pobres. Del amor y la confianza en uno mismo, del silencio y la plegaria.
El método indirecto (en el que los valores atraviesan todas las materias) para inculcar estos principios es mejor que la enseñanza directa mediante libros y exámenes. Relaten historias de las Escrituras, de santos y sabios de todos los pueblos y de todas las épocas, para ilustrar un tema que surja en una clase de cualquier materia. Es posible, incluso, enseñar ciencia y matemáticas de una manera moral o inmoral. Prefieran siempre la forma moral.
Traten de tener niños de diversas religiones en sus aulas, para que la amistad entre ellos pueda convertirse en comprensión y la comprensión en amor. No hablen sobre las diferencias entre las religiones al comienzo; mejor, acentúen las similitudes obvias, para que las delicadas mentes que tienen a su cargo no se confundan”.

Una sola religión

“Recuerden que hay una sola religión y es la religión del amor; hay una sola casta y es la casta de la humanidad. Deben tener cuidado de no fomentar o albergar el más mínimo indicio de diferencia en lo referente a religión, casta, credo o color en las clases de valores humanos. No manchen las inmaculadas y limpias mentes infantiles infectándolas con sentimientos de diferencias entre un niño y otro. Impartan conocimientos e inspiración a todos por igual. Seleccionen historias de las Escrituras de todas las religiones para interesar a los niños en los valores de una vida recta. Háblenles de los héroes virtuosos de todos los países y de los santos de todos los credos, porque todos ellos son de la misma estirpe. Ninguna Escritura ensalza la violencia o declara la falsedad como modo de vida. Todas las religiones exaltan la Verdad, la Rectitud, la Paz, la Hermandad y el Amor. Todos los santos son encarnaciones del servicio, la compasión y la renuncia.
Tampoco comparen las diversas manifestaciones de lo Divino ni emitan juicio declarando que Rama es más grande que Krishna (encarnaciones divinas del hinduismo). Esto es dañino para el aspirante espiritual. Ustedes no conocen su propio Ser pero se atreven a dar su opinión sobre personalidades y poderes que nunca han experimentado ni entendido.
Rama es tan desconocido para ustedes como lo es Cristo, y por eso es mejor guardar silencio y venerar a ambos con el mismo fervor. Todos son manifestaciones del mismo Esplendor Divino. Los bendigo para que triunfen en la gran tarea que se han impuesto y para que sean capaces de iluminar el camino de los niños de esta tierra, a fin de que los conduzca hacia la gloriosa región de la felicidad eterna”.

Fuente:
Recopilación de los mensajes de Sathya Sai Baba, ediciones Sathya.
Discursos de Sathya Sai Baba del:
3/4/1967
5/9/1968
2/3/1970
3/1/1974
20/11/1978
6/6/1978

TEXTO TOMADO DE: H2H LATINO

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